(un hueco libre para escribir)
Todos nos despistamos más de lo normal y nos pusimos a hablar, con risas y carcajadas, la clase se sumergió fuera de la asignatura mientras D.Juan, se diatraía, fijando su mirada en su diminuto libro de bolsillo, olvidándose de las actividades que mandó.
Cuando alzó la mirada, nos vio a todos distraidos,como si pasara derrepente.
-"plass"- Su manotazo que dirigió a la mesa nos hizo callar a todos y hacernos sentarnos correctamente.
- pero esto que es - Dijo con cara típica de profesor que no quiere dar clase - ahora mismo todos ha corregir las actividades, en voz alta -
Las actividades eran unas extrañas frases de sintaxis, de las que solo D.Juan sabe sacar los errores.
Comencé a corregirlas, en la pizarra, pero al ver que no podía hacerlo, solté un discurso y dije la palabra mágica: """"HÁGALO USTED""". D.Juan se calló, respiró ondo y dijo:
- Miguel, corrígelas todas, ahora tú eres el profesor.-
¡Que guay, yo, de profesor! La clase se pasó volando, mientras el profesor se distraía leyendo, dejando la clase en mis manos, y al terminar, un ahorcado para terminar la clase, muy divertida.
jueves, 14 de junio de 2007
martes, 5 de junio de 2007
en 1º
Primero fue uno de mis mejores años del colegio.
Un cierto alumno llamado x, se propuso hacer el mayor número de trastadas posibles en un año, en primero.
Las mejores que recuerdo son la del bater, si, cogió una escobilla y con los malolientes excrementos del W.C., hizo un grafiti expectacular en los azulejos del baño, que más tarde fue limpiado por él mismo, una mala suerte... .
Pero de los errores se aprende, así que en el terremonte, una pequeña parcela del colegio, eligio a las personas más capacitadas de comprender sus bromas (entre ellos yo) y nos llevó al lugar que hos he dicho y nos enseñó el significado de la palabra "culiqui": persona cullo encargo es fastidiar al profesor y pasárselo bien. Un tío muy majo, pero que lamentablemente se fue del colegio por ya sabéis (en mi colegio el terremonte es proivido).
Más adelante hos hablaré de 2º, mi curso actual, muy divertido. Ya veréis.
Un cierto alumno llamado x, se propuso hacer el mayor número de trastadas posibles en un año, en primero.
Las mejores que recuerdo son la del bater, si, cogió una escobilla y con los malolientes excrementos del W.C., hizo un grafiti expectacular en los azulejos del baño, que más tarde fue limpiado por él mismo, una mala suerte... .
Pero de los errores se aprende, así que en el terremonte, una pequeña parcela del colegio, eligio a las personas más capacitadas de comprender sus bromas (entre ellos yo) y nos llevó al lugar que hos he dicho y nos enseñó el significado de la palabra "culiqui": persona cullo encargo es fastidiar al profesor y pasárselo bien. Un tío muy majo, pero que lamentablemente se fue del colegio por ya sabéis (en mi colegio el terremonte es proivido).
Más adelante hos hablaré de 2º, mi curso actual, muy divertido. Ya veréis.
domingo, 27 de mayo de 2007
Madrid Colegio
Los Olmos siempre tuvo muy buena fama para mis padres, pero desde que llegué a tercero, empecé a quitársela en picado.
Todo comenzó, como ya os he dicho, en tercero, cuando un profesor, enorme en todos los sentidos, con un impresionante bigote negro, una barba y unas gafas que le hacían más tremendo todavía, llamado por ejemplo, don Ceferino, nos empezó a dar clases de matemáticas, peor aún, pero no todo termina aquí, si no que escuché que era cantante de ópera, y todos pudimos comprobarlo el primer día de clase (hoy en día, las voces de D. Ceferino todavía se escuchan):
-¡Pablo! ya es el primer día de clase y te he pillado dos travesuras, ahora verás - dijo con una voz ronca pero detestablemente firme, a la vez que su gigantesco cuerpo se levantaba del sillón.
Paso a paso, la distancia entre Pablo y D. Ceferino se hacía más corta, y más, y más, hasta que finalmente, alzó su brazo y le agarró de la oreja, haciendo como si fuera una correa de perro, retorciéndola y producíendo una mueca de dolor en la cara de Pablo (el de la otra novela).
- Y la próxima vez te lo piensas dos veces antes de hacer algo -
(Vale, he exajerado un poco con el profesor)
CONTINUARA... YA LO CREO, NO LO VOY HA DEJAR EN EL MOMENTO MAS IMPORTANTE.
Todo comenzó, como ya os he dicho, en tercero, cuando un profesor, enorme en todos los sentidos, con un impresionante bigote negro, una barba y unas gafas que le hacían más tremendo todavía, llamado por ejemplo, don Ceferino, nos empezó a dar clases de matemáticas, peor aún, pero no todo termina aquí, si no que escuché que era cantante de ópera, y todos pudimos comprobarlo el primer día de clase (hoy en día, las voces de D. Ceferino todavía se escuchan):
-¡Pablo! ya es el primer día de clase y te he pillado dos travesuras, ahora verás - dijo con una voz ronca pero detestablemente firme, a la vez que su gigantesco cuerpo se levantaba del sillón.
Paso a paso, la distancia entre Pablo y D. Ceferino se hacía más corta, y más, y más, hasta que finalmente, alzó su brazo y le agarró de la oreja, haciendo como si fuera una correa de perro, retorciéndola y producíendo una mueca de dolor en la cara de Pablo (el de la otra novela).
- Y la próxima vez te lo piensas dos veces antes de hacer algo -
(Vale, he exajerado un poco con el profesor)
CONTINUARA... YA LO CREO, NO LO VOY HA DEJAR EN EL MOMENTO MAS IMPORTANTE.
jueves, 24 de mayo de 2007
En Madrid
A partir de ahora, os voy a relatar mi historia en Madrid. De Albacete salí con seis años, y en la actualidad tengo cuatro hermanos, y yo soy claramente el mayor, pero como no viene a cuento os diré que estudio en el colegio Los Olmos, y desde ahora, creo que mis historias serán mucho mejores, largas y entretenidas. Disfrutad.
martes, 15 de mayo de 2007
La huerta de los Castro.
Los Castro, los adultos, eran los mejores amigos de mis padres por ese lugar, entre otros.
Su huerta es la más grande de las que he conocido, con piscina, unos cuantos de parques, infinitos caminos, casa gigantesca, un perro enorme llamado Gastón, etc... . Como ya podéis imaginar, me encantaba ir a su huerta.
Solíamos ir todos los fines de semana, con mis hermanos Pablo y Álvaro, que nacieron más tarde, y directamente nos cambiábamos para ir a la piscina, y una vez allí, con todos nuestros amigos, nos tirábamos por un trampolín que desde abajo parecía insignificante, pero desde encima parecía la cima del mismísimo Ereverest.
Luego, aunque no muy a menudo, jugábamos con Gastón, intentando marearle, pero creo que el nos mareaba a nosotros, y en el mismo lugar, hechábamos un partido de fútbol con los padres.
Las comidas siempre fueron memorables, con aperitivos y banquetes para comer. Por la tarde al volver, terminábamos agotados y nos acostábamos por las noches con un sueño "muchimmo grande", como se dice en Albacete
Su huerta es la más grande de las que he conocido, con piscina, unos cuantos de parques, infinitos caminos, casa gigantesca, un perro enorme llamado Gastón, etc... . Como ya podéis imaginar, me encantaba ir a su huerta.
Solíamos ir todos los fines de semana, con mis hermanos Pablo y Álvaro, que nacieron más tarde, y directamente nos cambiábamos para ir a la piscina, y una vez allí, con todos nuestros amigos, nos tirábamos por un trampolín que desde abajo parecía insignificante, pero desde encima parecía la cima del mismísimo Ereverest.
Luego, aunque no muy a menudo, jugábamos con Gastón, intentando marearle, pero creo que el nos mareaba a nosotros, y en el mismo lugar, hechábamos un partido de fútbol con los padres.
Las comidas siempre fueron memorables, con aperitivos y banquetes para comer. Por la tarde al volver, terminábamos agotados y nos acostábamos por las noches con un sueño "muchimmo grande", como se dice en Albacete
martes, 8 de mayo de 2007
La paciencia y soportar el aplastante aburrimiento siempre fueron mis mejores características, pero esta profesora me las estaba arrastrando. Ya me había mandado más de tres dibujos seguidos, pero ella nada, a mandar dibujar el dibujito de los reyes magos, en fin, al cabo de media hora me mandó salir de clase con cara de agotamiento y salí al recreo.
Ya casi era la hora de irse a casa, pero como de costumbre, llegó ella.
-¡Miguel! ven para que te dé el bocata-
Ella era dolores, sí, como ya os conté mi cuidadora.
-Muchas gracias Dolores- respondí con una sonrisa ya manchada de nocilla.
Al poco tiempo nos dirigimos a mi casa para dejar la mochila de las tortugas ninja, donde estaba mi madre:
-Buenas tardes Miguelón ¿Te has portado bien?- me miró con cara de saberlo todo.
-Verás, es que...-
-Ya, venga, que este sábado tienes que ir a la huerta de los castro y como te portes mal no te dejaré ir- y me miró con otra cara de saber como controlarlo.
Ya casi era la hora de irse a casa, pero como de costumbre, llegó ella.
-¡Miguel! ven para que te dé el bocata-
Ella era dolores, sí, como ya os conté mi cuidadora.
-Muchas gracias Dolores- respondí con una sonrisa ya manchada de nocilla.
Al poco tiempo nos dirigimos a mi casa para dejar la mochila de las tortugas ninja, donde estaba mi madre:
-Buenas tardes Miguelón ¿Te has portado bien?- me miró con cara de saberlo todo.
-Verás, es que...-
-Ya, venga, que este sábado tienes que ir a la huerta de los castro y como te portes mal no te dejaré ir- y me miró con otra cara de saber como controlarlo.
sábado, 28 de abril de 2007
AGRADECIMIENTOS
No esperaba recibir tanta gente en mi blog, y por esto voy a dedicar un capítulo para agradecerlo:
A D. Juan que me está atendiendo continuamente y me enseñó cómo hacer el Blog. (Tendré cuidado con la ortografía)
A Pablo Gutiérrez por hacerme dar el primer paso y aconsejarme en mi novela.(Tu novela es muy buena, me leí todo de un tirón y te diré cosas que puedes mejorar je,je)
A Javier Soria por acompañarme en el sentimiento, que ya le he metido el Link.(La primera poesía de tu blog me encanta)
A todos los lectores que conozco y a los anónimos, ya me pueden meter comentarios.
Espero que sepáis esperar con paciencia mi próximo capitulo, y que tengáis en cuenta que leo todas vuestras proposiciones.
A D. Juan que me está atendiendo continuamente y me enseñó cómo hacer el Blog. (Tendré cuidado con la ortografía)
A Pablo Gutiérrez por hacerme dar el primer paso y aconsejarme en mi novela.(Tu novela es muy buena, me leí todo de un tirón y te diré cosas que puedes mejorar je,je)
A Javier Soria por acompañarme en el sentimiento, que ya le he metido el Link.(La primera poesía de tu blog me encanta)
A todos los lectores que conozco y a los anónimos, ya me pueden meter comentarios.
Espero que sepáis esperar con paciencia mi próximo capitulo, y que tengáis en cuenta que leo todas vuestras proposiciones.
viernes, 27 de abril de 2007
CAP 3 Historia en Albacete (La vida en el colegio)
-¡Eh, chicos!- grité ilusionado
Todos mis amigos y amigas de mi clase se acercaron y se amontonaron alrededor mía, como si les fuera a contar que Lola se había puesto enferma.
-Voy a tener un nuevo hermano- dije.
-¿Y cómo se va a llamar?- sonó una voz por el fondo.
-No lo sé, me lo acaban de contar y además...- pero no me dio tiempo para terminar la frase, pues la sirena del patio sonó cortándome mi relato.
Todos nos colocamos en fila india, con gran alboroto, delante de la puerta de clase, y seguídamente Lola apareció por la entrada.
-Niños, por favor, escucharme un momento, hoy vamos ha hacer unos dibujos, y quien se porte mal, no podrá dibujar- chilló para hacerse escuchar.
Para nosotros el dibujo era la clase más entretenida, y especialmente a mí, puesto que creo que se me da bien pintar.
Con pequeños pasos y cuchicheos, uno a uno nos fuimos metiendo dentro de clase, donde nos sentamos en nuestros pupitres para que nos dieran una hoja.
-Tenéis que dibujar una... ¡Cállate ya Miguel! una pintura de... ¡Como te vuelva a escuchar te vas de clase! de los Reyes Magos, venga, empezar- nos ordenó, especialmente a mí, mientras repartía las hojas.
Todos comenzamos a pintar, mientras la profesora se acercaba a nuestros sitios para ver cómo hacíamos el dibujo, que por cierto, mis Reyes Magos estaban sobre una estrella.
Al terminar, nos dedicamos a entregar las hojas, pero al ver la mía exhaló un grito.
-¡Pero cómo se te ocurre cometer semejante idiotez! vete a tu sito a repetir el dibujo, los demás, al patio-
Todos mis amigos y amigas de mi clase se acercaron y se amontonaron alrededor mía, como si les fuera a contar que Lola se había puesto enferma.
-Voy a tener un nuevo hermano- dije.
-¿Y cómo se va a llamar?- sonó una voz por el fondo.
-No lo sé, me lo acaban de contar y además...- pero no me dio tiempo para terminar la frase, pues la sirena del patio sonó cortándome mi relato.
Todos nos colocamos en fila india, con gran alboroto, delante de la puerta de clase, y seguídamente Lola apareció por la entrada.
-Niños, por favor, escucharme un momento, hoy vamos ha hacer unos dibujos, y quien se porte mal, no podrá dibujar- chilló para hacerse escuchar.
Para nosotros el dibujo era la clase más entretenida, y especialmente a mí, puesto que creo que se me da bien pintar.
Con pequeños pasos y cuchicheos, uno a uno nos fuimos metiendo dentro de clase, donde nos sentamos en nuestros pupitres para que nos dieran una hoja.
-Tenéis que dibujar una... ¡Cállate ya Miguel! una pintura de... ¡Como te vuelva a escuchar te vas de clase! de los Reyes Magos, venga, empezar- nos ordenó, especialmente a mí, mientras repartía las hojas.
Todos comenzamos a pintar, mientras la profesora se acercaba a nuestros sitios para ver cómo hacíamos el dibujo, que por cierto, mis Reyes Magos estaban sobre una estrella.
Al terminar, nos dedicamos a entregar las hojas, pero al ver la mía exhaló un grito.
-¡Pero cómo se te ocurre cometer semejante idiotez! vete a tu sito a repetir el dibujo, los demás, al patio-
jueves, 26 de abril de 2007
CAP 2 Historia en Albacete (salida por la mañana)
Me levanté temprano, a oscuras, y a pesar de tener un sueño que pocas personas podían llegar a tener, tuve fuerzas para levantarme y frotarme los ojos. Me quedé un rato en mi cuarto, pensando en las musarañas y me dí cuenta de que eso de estar sin hacer nada era aburrido, hice un pequeño bostezo y abrí la puerta. La fuerte luz de la casa y el ruido de los cubiertos me señalaron que mis padres ya se habían levantado, y me dirigí a la cocina.
- ¡Buenos días dormilón! - exclamó mi padre al verme aparecer por la puerta con el pelo encrespado -fíjate qué hora es, pero bueno ¿se te han pegado las sábanas al cuerpo o qué? anda, sírvete la leche que nos tenemos que ir al colegio-
Todos los padres se ponen así cuando ven a su hijo de tres años despertarse con cara de muerto.
- Buenos días Miguelón, ¿dormiste bien? venga, que ya es lunes y tienes que ir al cole - me dijo mi madre que seguidamente me soltó un beso en la mejilla.
¿Véis la diferencia entre mi padre y mi madre? aunque tenía cara de cansada y de estar enferma no hice mucho caso y me preparé un vaso de leche con colacao, al tomármelo de un solo trago pedí a mi padre que me untase una tostada con mantequilla. Los desayunos en Albacete siempre fueron de los buenos, podías comer lo que quisieras y todo estaba buenísimo, eso sin hablar de la merienda.
Al poco tiempo mi padre, mi madre y yo esperábamos a Dolores, para que se quedase al cargo de la casa, y al llegar con besos y prisas mi padre me hacía volar por las escaleras, me metía en el coche y arrancaba el motor.
- papá - dije mirando por la ventanilla del coche - ¿por qué mamá está malita?
- hijo - dijo mi padre dándose la vuelta - vas a tener un hermanito.
¿Qué? ¿Cómo que un hermano? no me lo podía creer ¿De veras era cierto? Me pasé todo el viaje pensando en mi nuevo hermano y al llegar al colegio se lo conté a todos mis amigos.
- ¡Buenos días dormilón! - exclamó mi padre al verme aparecer por la puerta con el pelo encrespado -fíjate qué hora es, pero bueno ¿se te han pegado las sábanas al cuerpo o qué? anda, sírvete la leche que nos tenemos que ir al colegio-
Todos los padres se ponen así cuando ven a su hijo de tres años despertarse con cara de muerto.
- Buenos días Miguelón, ¿dormiste bien? venga, que ya es lunes y tienes que ir al cole - me dijo mi madre que seguidamente me soltó un beso en la mejilla.
¿Véis la diferencia entre mi padre y mi madre? aunque tenía cara de cansada y de estar enferma no hice mucho caso y me preparé un vaso de leche con colacao, al tomármelo de un solo trago pedí a mi padre que me untase una tostada con mantequilla. Los desayunos en Albacete siempre fueron de los buenos, podías comer lo que quisieras y todo estaba buenísimo, eso sin hablar de la merienda.
Al poco tiempo mi padre, mi madre y yo esperábamos a Dolores, para que se quedase al cargo de la casa, y al llegar con besos y prisas mi padre me hacía volar por las escaleras, me metía en el coche y arrancaba el motor.
- papá - dije mirando por la ventanilla del coche - ¿por qué mamá está malita?
- hijo - dijo mi padre dándose la vuelta - vas a tener un hermanito.
¿Qué? ¿Cómo que un hermano? no me lo podía creer ¿De veras era cierto? Me pasé todo el viaje pensando en mi nuevo hermano y al llegar al colegio se lo conté a todos mis amigos.
miércoles, 25 de abril de 2007
CAP 1 COMIENZO EN ALBACETE
¡Hola! me llamo Miguel, y no voy a contaros la típica historia de rescatar a la típica princesa en la típica torre del típico castillo, ¡no! os voy a contar mi vida, pero no os preocupéis, sólo lo más importante.
Antes de empezar la historieta quiero deciros que es completamente real, siempre me ha gustado escribir relatos inventados, pero de esta novela estoy orgulloso, pues me he dado cuenta que la mejor aventura que conozco no está en mi imaginación, si no en mi memoria.
Todo comenzó el 7 de marzo de 1.993, en Madrid. A los pocos días de vida, mis padres (Ana y Miguel), y yo nos marchamos a la ciudad de Albacete, en Castilla-La Mancha. Este lugar estaba la mayor parte del día en tranquilidad, casi siempre hacía buen tiempo y los parques para jugar no faltaban.
Antes de empezar la historieta quiero deciros que es completamente real, siempre me ha gustado escribir relatos inventados, pero de esta novela estoy orgulloso, pues me he dado cuenta que la mejor aventura que conozco no está en mi imaginación, si no en mi memoria.
Todo comenzó el 7 de marzo de 1.993, en Madrid. A los pocos días de vida, mis padres (Ana y Miguel), y yo nos marchamos a la ciudad de Albacete, en Castilla-La Mancha. Este lugar estaba la mayor parte del día en tranquilidad, casi siempre hacía buen tiempo y los parques para jugar no faltaban.
Cuando aún no tenía edad para ir a la escuela, una muchacha llamada María José me tenía día y noche encerrado en la cuna (por esto, mis despistes en clase). Y lógicamente, a las pocas semanas se fue de casa.
El primer día de cole comenzó con llantos y patadas a la tripa de mi padre, que me llevaba a hombros, pero al darme cuenta de que todos los niños y niñas me miraban, me marché a mi pupitre. Nuestra profesora del Colegio Escolapios se llamaba Lola, y me enseñó el auténtico significado del castigo. Mis amigos se llamaban Jorge Garrido, Rafa Casas, David, Consu y Palala, y aunque tenía muchos más ya no les recuerdo.
A la salida de la escuela, Dolores (la mejor cuidadora que he tenido hasta ahora), mi hermano y yo cruzábamos por delante del despacho de mi padre. Si teníamos tiempo subíamos a fotocopiarnos las manos y la cara. Más tarde se los ensañábamos a mi madre y siempre se reía aunque ahora comprendo porqué.
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